Sinceramente, era un piloto que no caía bien en España, donde se creó bastantes enemigos por su forma de pilotaje, a veces excesivamente agresiva, y no sólo con pilotos españoles.
Ya en cuando competía en la cilindrada de 250, tuvo un roce importante con Héctor Barberá, en el que en plena recta apuró tanto el adelantamiento que llegó a tocar la maneta de freno, pudiendo ocasionar un gravísimo accidente. Este mismo año, con Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa, también tuvo sus más y sus menos, provocando incluso una lesión en el piloto catalán que le mantuvo apartado de las pistas durante tres carreras consecutivas.
Pero este apartado no es para hablar de esas cosas. Tampoco pretendo que se recuerde a Marco como un piloto "enemigo", ni mucho menos. Era un piloto que arriesgaba, y si no hay riesgo no hay espectáculo y si no hay espectáculo, no hay diversión, que es lo que la gente quiere ver. Me recuerda mucho a Lewis Hamilton, el británico de la Formula uno el que también es criticado muchas veces por su manera agresiva de conducir, pero que sin sus adelantamientos y jugadas, muchas carreras no tendrían ese "gusanillo" que las hace tan apetitosas.
Simoncelli tenía una gran proyección como piloto, tan solo con 24 años ya contaba con un campeonato del mundo de la categoría media de motociclismo y era uno de los favoritos a ocupar los primeros puestos en cada carrera. Estaba llamado a ser el sucesor de Rossi, su gran amigo y desde mi punto de vista modelo a seguir y mentor de este. Aunque dentro de la pista pareciera un poco arisco, en el box y fuera de ella parecía ser otra persona ya que siempre tenía una sonrisa para las cámaras y alguna broma para estas.

Siempre te recordaremos Marco, eras un gran piloto y allá donde vayas, estoy seguro que también lo serás.
Ciao Marco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario